jueves, 4 de febrero de 2010

La República que proponemos (I)

Cada día se observa como los acontecimientos referidos al recuerdo y homenaje de la II República se multiplican, así como también son cada vez más los jóvenes que se sienten identificados con la bandera tricolor. Ello obliga a que comencemos a elaborar propuestas que vayan definiendo el contenido de la República que queremos para el s. XXI. Para ello es indispensable que al evocar la palabra República no lo hagamos tanto con nostalgia, sino sobre todo pensando en hoy y en mañana.

Nuestra labor es construir una III República entendida como marco económico, social, político, cultural e institucional en el que los ciudadanos y ciudadanas se doten libremente y por el que se consienten para afrontar los problemas y sus soluciones. Es por lo tanto un modelo de sociedad total e integrador en ámbitos y parámetros totalmente conformes con las aspiraciones expresadas en los grandes documentos que han recogido la lucha secular por la Igualdad, la Libertad y la Fraternidad. Dicha República se define por la capacidad y la entidad de su propuesta, para la cuál recaba de la participación activa de la ciudadanía y de los colectivos en la que esta se organiza, para así ir creando un marco nuevo. La República no viene, se trae construyéndola. La constitución de la III República española se deberá vertebrar en torno a los siguientes ejes y contenidos:

· Deberá incluir en su articulado las tres generaciones de Derechos Humanos, es decir, los derechos civiles y políticos, los derechos económicos y sociales, así como los derechos medio ambientales. Los dos primeros bloques incluyen el derecho a la Autodeterminación de los pueblos, ya reconocido por el Estado español desde 1977.Para el tercer bloque no vale una mera mención, sino que deben incorporarse en su totalidad añadiéndolos con precisión y de forma vinculante en su articulado. Para que estos derechos sean efectivos es necesaria inevitablemente una sociedad de pleno empleo y ocupación, disminución de la jornada laboral y reparto del trabajo, desarrollo sostenible, protección social plena y fiscalidad progresiva.

· Establecerá la Democracia Real y Participativa debiendo profundizarse en la práctica, llegando de ese modo hasta sus ultimas consecuencias, incluyendo aquellas parcelas que le han sido sustraídas (la economía, la cultura, la política en todos sus ámbitos, el funcionamiento de las instituciones, etc.). La República es la forma mas avanzada de Democracia. Si aceptamos definir la democracia como``convenio permanente entre seres humanos libre e iguales para seguir permaneciendo conviniendo ´´, es indudable que en un determinado momento pase a ser algo consustancial y no reglado. Ello dependerá de la capacidad de ir creciendo en conciencia ciudadana, responsabilidad, aprendizaje y libertad. Democracia para esta República no es solo marco de convivencia, sino también meta, instrumento, ciencia y auto-desarrollo.

· Compromiso con la paz. Retomando el artículo 6º de la Constitución de la II República, pasará el ejército a tener una actitud estrictamente defensiva. La seguridad debe ir girando del campo militar al campo de lo estrictamente civil. Una sociedad segura será aquella que atiende a las necesidades de sus miembros y procura establecer mecanismos económicos, sociales, políticos, ideológicos y culturales que conformen unos nuevos valores sociales.

· Laicidad, retomando el artículo 3º de la constitución de la II República se impondrá una total separación de las distintas iglesias y confesiones religiosas del Estado. La laicidad se apoya en dos pilares: la ética, en si misma libertad absoluta y el status cívico que define la separación de las iglesias del Estado. Establece dos universos distintos: el interés general y la convicción particular. No se puede entender República sin laicidad. Ello comporta el rechazo al racismo y a la segregación y promueve la integración y la participación de todos en una colectividad de cuidadnos libres e iguales en derechos y deberes. La ética conduce inevitablemente a la justicia social, es decir, igualdad de derechos, de deberes y de oportunidades. La instrucción laica, la escuela y el derecho a la información y a al aprendizaje de la crítica son las condiciones de esta igualdad. La religión no se impartirá en la escuela.

· Austeridad. La sociedad se fundamentará en el desarrollo sostenible y en el equilibro ecológico de la naturaleza. La austeridad se presenta como alternativa al consumismo, el derroche energético y la explotación desaforada de las riquezas naturales. Se plantea la austeridad como virtud cívica que debe informar los valores y actuaciones de todas las instituciones públicas. La austeridad referida a la cultura, invierte el rol cultural actual en el que el espectáculo es el todo y la participación activa nada. Por lo tanto, austeridad es racionalidad y sintonía entre necesidades sociales y aportaciones presupuestarias y de infraestructuras necesarias. Para consolidar este principio es imprescindible potenciar la educación y la cultura de los valores ciudadanos.

· República Federal para un Estado en el que todos sus integrantes, naciones, nacionalidades, regiones, etc. convengan en asumir como propio sin reticencias. El modelo Federal, es el único que logrará que se deje de desviar la atención de los conflictos económicos entre poseedores y desposeídos. Esta propuesta parte de la voluntad de construcción libre, voluntaria y democrática, la cual parte del reconocimiento sin ambages del derecho a la Autodeterminación. La construcción de un Estado de Estados para España, partirá de una serie de premisas fundamentales aplicables a todas y cada una de las federaciones, naciones, nacionalidades y regiones: las federaciones respetaran lo dicho hasta ahora respecto de los ejes y contenidos en torno a los cuales versará esta República; El Estado se organizará en tres administraciones (Estado Federal, federaciones y municipios), por lo que desaparece la provincia y se comarcalizará la federación; En la atribución de competencias se tendrá en cuenta el principio de subsidiaridad.

· La República Federal deberá plantearse en el marco de una constitución federal y democrática para Europa.

José Mª J. F.
(Publicado en El Insolente Nº 6, páginas 5 y 6)

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